domingo, 26 de diciembre de 2010

Historia de un retrato

Mientras estaba haciendo el reportaje, de la procesión del viernes santo, de la buena gente de la Cofradía de la Virgen de las Angustias, de Barcelona i a la espera de encontrar un buen encuadre, para hacer la foto del Paso, bajando la calle del Bisbe i a su entrada a la plaza de la Catedral, ví a un Señor, cuya mirada y expresión, me impactó. Me acerqué y le pedí; si me permitiría que le hiciera un retrato. Mirándome fijamente, asintíó con un movimiento de su cabeza, queriéndome decir que si. Fue entonces, cuando retrocediendo unos pasos, sin darle la espalda, miré el barrilete de mi objetivo, colocando a 80 mm, la distancia focal, flexioné las piernas, para obtener la altura de visión correcta y capturé aquel instante, aquella mirada y aquella expresión. Quería aquella foto, no tan solo para mí, también para el.
Toda esta historia, sucedió en aproximadamente 30 segundos, que 30 segundos.
Una vez el obturador había hecho su trabajo, me acerqué de nuevo para darle las gracias. Las gracias por haber hecho posible, que en aquel momento, la fotografía alcanzara una de sus máximas expresiones, la humana, la de las personas; y todo esto, en plena calle; que bonito!

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